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El azul infinito hecho joya.
Inspirados en la isla Saona, un paraíso en República Dominicana, estos pendientes capturan la serenidad de sus aguas turquesa y la luminosidad del Caribe. El diseño transmite frescura y ligereza, como un pedacito de mar que puedes llevar contigo allá donde vayas.
Cada pieza está cuidadosamente modelada y esmaltada a mano en cerámica, lo que hace que cada par sea único. Sus tonos azules evocan la calma de la playa, la brisa marina y la conexión con la naturaleza en estado puro.